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LA CREATIVIDAD FOMENTADA A TRAVES DE UN ACOMPAÑAMIENTO IGNACIANO

  • Foto del escritor: juanpablovillarruel
    juanpablovillarruel
  • 19 jul 2018
  • 11 Min. de lectura

Este ensayo se propone plantear una aproximación a una intervención pedagógica enfocada en el pensamiento creativo, aplicado en una institución jesuita. Con el fin de analizar los beneficios dentro de una educación integral. Para lo anterior se realizó una investigación documental por medio de la selección, revisión y análisis de diversos autores sobre la concepción de la formación integral en el pensamiento creativo como eje del desarrollo del ser humano.

A través, del acompañamiento el estudiante logre identificar, analizar, abordar, examinar y vivir con intensidad cada una de sus propias etapas creativas y relaciones existentes entre las esferas de la vida humana. Los avances señalan que el acompañamiento a procesos creativos logra establecer una vinculación con otras esferas nunca o poco abordadas en los contextos de aprendizaje, y la formación artística tiene el potencial para desarrollar la dimensión sensible de la persona para recrear su interacción con el mundo en busca del bienestar de la humanidad.

Palabras clave: ESTRATEGIAS DE ENSEÑANZA, MODELO DE EDUCACIÓN INTEGRAL, EDUCACIÓN

ARTÍSTICA, INNOVACIÓN EDUCATIVA, DESARROLLO DEL CURRICULUM, ACOMPAÑAMIENTO

Nuestra realidad atraviesa un cambio de paradigma educativo, los viejos estilos de educar ya no son suficientes, necesitamos renovarlos. A nuestro alrededor tenemos evidencias que gritan la carencia y por lo tanto la necesidad de mejorar nuestra educación y esto debe iniciar desde la educación básica.



Lejos de educar a nuestros jóvenes sólo en competencias técnicas para favorecer la economía mundial es necesario un nuevo modelo que ofrezca programas que incluyan las competencias en lo cognitivo y formativo, en los que se logren procesos de formación efectivos, abordando las diferentes facetas del ser humano, desde las habilidades y destrezas motoras, hasta sus sistemas de valores.

La sociedad demanda hoy nuevas y renovadas formas de aprender; una escuela tradicional centrada en la enseñanza y no en el aprendizaje, tiene sus días contados; una escuela centrada en contenidos y no en el desarrollo del pensamiento y las emociones, está viviendo horas extras. En relación a esto, se preguntaba Pierre Faure (1972) ¿Para qué llenar el cerebro? ¿Por qué no mejor formarlo?

Debemos buscar a través de nuevas propuestas, intervenciones que afecten los currículums para formar personas más preparadas, con mejores habilidades creativas, cognitivas, técnicas, morales y espirituales. En el currículum oficial donde le dan mayor importancia a desarrollar todas las potencialidades relacionadas con la mente (cognitiva e intelectual) sin embargo, el pensamiento divergente y el corazón (el mundo afectivo) es poco valorado.

Nuestros jóvenes están recibiendo mucha información de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), de una manera pasiva, dispersa y acrítica que es poco benéfica a su desarrollo integral, modificando la manera de construir y participar en el mundo. Ambientes familiares en crisis, los padres separados y jóvenes a la deriva sin figuras de autoridad a quien seguir; o jóvenes que se encuentran en hogares con abundancia económica pero limitados afectivamente.

Sus cerebros reciben videojuegos, software y aplicaciones sólo para ser consumidas sin necesidad alguna de esfuerzos, produciendo un letargo mental, y lo más grave una generación adormecida. La relación entre innovaciones tecnológicas y adolescentes, debería ser bien encauzada para beneficio de los estudiantes adolescentes y no como se está dando actualmente.

La eficacia simbólica de instituciones anteriormente respetadas como la familia, la iglesia, los valores considerados como prioritarios son ahora despreciados por la mayoría de nuestros jóvenes, todo esto provocado por la corrupción, las mentiras, los abusos, la violencia, etc. deformando el ambiente en el que viven.

Sin embargo, aun en el fondo se encuentra latente esa esperanza localizada en estas nuevas generaciones. Ellos tienen la fuerza, la inteligencia, el tiempo, el entusiasmo productos de su juventud. La escuela siempre busca ser un espacio de preparación, un recinto para preparar mejor a estos jóvenes.

El aula debe ser el lugar donde todos aprendemos a relacionarnos, a colaborar, a pensar. Los maestros a través de su labor construyen los nuevos pequeños o grandes líderes de nuestro mundo.

Las escuelas de la Compañía de Jesús lo han entendido en su labor alrededor del mundo, presentando una opción, con una perspectiva antropológica cristiana, la concepción ignaciana sobre el ser humano ha sido entendida y practicada de una manera dinámica, sistemática, y existencial, al considerar que el ser humano está…

constituido por un conjunto dinámico de operaciones intencionales y conscientes, estructuradas en cuatro niveles: el de la experiencia, el de la intelección, el del juicio y el de la decisión interrelacionados y recurrentes que producen resultados acumulativos y progresivos (González, 2005, p. 3).

Otro rasgo de esta propuesta educativa es que le ofrecen al estudiante un currículum oficial avalado por las autoridades de cada país, sin embargo, le permean metodologías diseñadas a partir de las propuestas de Ignacio de Loyola.

Específicamente en el área metropolitana de Guadalajara, se encuentra el Instituto de Ciencias perteneciente a la Compañía de Jesús. Una escuela con más de cien años de experiencia entre los tapatíos. Dentro de ella particularmente, en la sección de secundaria y área de artísticas se ofrece el taller de pintura donde la presente investigación nace y se desarrolla.

El perfil pedagógico de este Instituto encaja con una perspectiva humanística es decir, un currículum enfocado en la persona, respetando su propio ritmo así como sus etapas de crecimiento integral, buscando desarrollar armoniosamente y coherentemente todas y cada una de las dimensiones del ser humano (ética, espiritual, cognitiva, afectiva, comunicativa, estética, corporal, socio-política y lúdica).

La dimensión estética compete directamente a mí investigación, dentro de ella se busca que el estudiante sea capaz de desarrollar y expresar creativamente su sensibilidad para apreciar y transformar su entorno. No obstante, debemos recordar que la creatividad es un proceso complejo. Howard Gardner (2001) nos vuelve a recordar lo multifactorial que se necesita propiciar para que un individuo desarrolle su creatividad:

¿En qué radica la creatividad? La respuesta es que la creatividad no debe considerarse como algo que sólo es inherente al cerebro, la mente o la personalidad de un individuo por sí solo. Antes bien, debe pensarse que la creatividad surge de la interacción de tres nodos: el individuo con su propio perfil de capacidades y valores; los ámbitos para estudiar y dominar algo que existen en una cultura; y los juicios emitidos por el campo que se considera como competente dentro de una cultura (p. 9).

Además, es importante puntualizar; las investigaciones sobre el desarrollo de la personalidad han demostrado que el paralelo más aproximado a la estructura de la personalidad del niño no es la estructura mental de lo lógico, sino la del artista (Read, Herbert. 1995). Aprovechando esto y ante la necesidad de nuestra realidad de formar estudiantes creativos, con pensamientos críticos y a la par de tener un nivel moral suficiente para estar al pendiente de no dañar a un tercero con sus nuevas propuestas, es que se establece esta propuesta de fomentar la creatividad a través del Acompañamiento Ignaciano

Se presenta una gran área de oportunidades de fomentar habilidades creativas en un estudiante a partir de nuestra labor docente, ya que “Las neuronas en el cerebro de un niño, realizan muchas más conexiones que en el cerebro de los adultos…cuanto más rico el ambiente mayor será el número de interconexiones que se realizarán” (Sousa, 2014, p.30).

Es decir, es del todo oportuno realizar esta investigación para propiciar y fomentar la creatividad en los alumnos de segundo de secundaria del Instituto de Ciencias en los grupos de artísticas que se encuentran bajo mi atención y responsabilidad, empleando particularmente el Acompañamiento Ignaciano (llamado dentro de la escuela cura personalis), como una implementación de una estrategia formativa que permita desarrollar integralmente al estudiante como un ente en un proceso de progreso individual y social.

Es del todo pertinente aprovechar esta predilección en la personalidad del adolescente hacia las actividades artísticas teniendo como propósito fundamental el fomentar el pensamiento divergente, el cual tiene gran correspondencia con la creatividad. Además de ayudarles a desarrollar su identidad y conocerse a sí mismos siempre en busca del Bien mayor y de sociedades más justas.

Sin embargo, cuando hablamos de un adolescente muchas veces nos parece ardua esta labor pues es posible encontrarlos torpes, obesos de sexo, impredecibles, riesgosos, infantiles o unos monstruos irracionales con los que no se puede razonar, pero todo ello tiene una “razón” biológica, no deberíamos ser tan duros con nuestros jóvenes.

Sousa (2014) menciona que a partir de estudios basados en resonancias magnéticas de post-adolescentes revelan que el lóbulo frontal sigue madurando hasta la primera edad adulta”. Por eso, “la capacidad del lóbulo frontal para controlar los excesos del sistema emocional no se halla plenamente operativa durante la adolescencia. (Dosenbach, 2010; Goldberg, 2001).

Los adolescentes procesan información sobre las emociones de manera diferente a la de los adultos. El descubrimiento del sistema de neuronas espejo (Rizzolatti y Sinigaglia, 2007), muestran la oportunidad que tienen los docentes cercanos a sus estudiantes de desarrollar habilidades para su provecho. Estas neuronas “ayudan al individuo a decodificar las intenciones y predecir el comportamiento de los demás. Nos permiten recrear la experiencia de los demás y comprender las emociones ajenas, así como empatizar” (Sousa, 2014. p.28).

Ahora pues, Wallace (1926) fue de los primeros en realizar el quiebre con los estudios de creatividad que suponían el origen divino o místico de la misma. Este autor dispuso al gremio de académicos enfocados al pensamiento divergente a pensar que la creatividad puede ser fomentada, promocionada, alentada por personas que conocen precisamente este proceso creativo. Esto abre la esperanza de sembrar actividades que fomenten la creatividad y crean en el pensamiento adolescente procesos complejos pero comunes en ellos.

Hablar del proceso creativo es un reto, pues es muy difícil sistematizarlo, dado que cada individuo tiene su camino prácticamente personal, aunque habrá ciertas correspondencias entre unos y otros creativos. El logro de una persona para realizar un producto creativo depende de muy variables circunstancias, algunas de las cuales se plantean a continuación.

Las personas creativas se determinan mejor en entornos que conjuguen ciertas características muy específicas para la realización de su potencial creativo. Son varios los autores que consideran el ambiente como primordial para la expresión de su creatividad (Amabile, 1983; Roger, 1976; Torrance, 1976,1979). En relación a la influencia de la atmosfera dentro de los planteles educativos Torrance y Hansen (1965), investigaron la influencia del docente para desarrollar creatividad en sus estudiantes, analizando las preguntas que los profesores planteaban a sus alumnos, clasificándoles a estos profesores en más o menos creativos.

Se encontró que los docentes creativos aceptan de buena forma las ideas de sus alumnos y suelen incorporar las mismas en la estructura o secuencia del tema a tratar, así mismo, utilizan más ejemplos estimulantes para sus estudiantes, tolerando mayor número de períodos de silencio y de confusión. Mientras que los profesores menos creativos son más directivos, las atmosferas de clase son más rígidas y sus dinámicas limitan las posibilidades de respuestas.

La creatividad no se da en los procesos rígidos del inconsciente ni en el super yo, sino que se da en una zona intermedia que es el subconsciente, en donde lo racional y lo irracional coinciden, siendo básicos para la investigación buscar estos estados de confianza entre el docente y el alumno.

Rogers (1996) afirma que la persona que se siente escuchada reacciona de una manera más positiva: adopta una posición relajada; crece en ella su deseo de seguir comunicando su mundo interior; disminuye el estado de tensión; logra ver la situación con ojos nuevos. Y se logra crear un bienestar emocional que facilita la relación.

Además, el mismo Rogers (1996) profundiza en una investigación sobre la libertad y creatividad en la educación encontrando las virtudes de crear atmosferas auténticamente humanas, donde no existan las jerarquías de las antiguas escuelas tradicionales, la relación entre maestro- alumno se vuelve más auténtica y real. Visualizando a los profesores como facilitadores de aprendizajes y no meros transmisores de información. “Cuando la docencia es auténtica no hay lugar en ella para el autoritarismo, ni para la individualización egocéntrica” (p.48).

Impactando directamente sobre la motivación del adolescente, sumando conocimientos relativos al dominio (expertise) es decir habilidades cognitivas innatas, capacidades perceptivas, capacidades motoras y procesos relativos a la creatividad (habilidades de pensamiento) conocimiento implícito o explícito de heurísticos propicios para generar nuevas ideas.

Amabile (1983) estudió que la motivación surgida desde nuestro interior es la que influenciará positivamente en la producción creativa de cualquier persona. describe la creatividad como la confluencia de motivación intrínseca, refiriéndose a las actitudes hacia la tarea a emprender,

Es decir, para lograr motivar a los alumnos impactando su nivel de creatividad Freire (1968) analizaba en sus estudios que las relaciones que se crean entre maestros y estudiantes son de naturaleza fundamentalmente narrativa, discursiva y disertadora.

Las investigaciones muestran que cuando un profesor es auténtico, comprensivo y afectuoso, los alumnos aprenden más acerca de cuestiones básicas y asimismo exhiben una mayor creatividad y capacidad para resolver problemas (Rogers, 1996). Entre mayor es el incremento de la confianza del alumno hacia su maestro, el estudiante se involucra más en los procesos de aprendizajes activos y cooperativos con sus demás compañeros.

Para lograr esto mencionado, los métodos de Acompañamiento Ignaciano me parecen muy oportunos, la experiencia de la Compañía de Jesús desde el año mil quinientos cuarenta al estar educando jóvenes con su Acompañamiento (cura personalis) específico en cada etapa de su formación es una de las bases de mi interés en mi investigación. Muchos conocimientos y aptitudes aplicadas por los jesuitas serán de ayuda para un acompañamiento creativo que se profundiza en mi tesis.

Acompañar, entendido desde la perspectiva jesuita es estar con el otro, apoyándolo con amor en el encuentro consigo mismo, supone una relación de compañía que permita crecer y compartir recíprocamente, sin que cada uno deje de ser lo que es, una experiencia de intercambio y mutuo crecimiento. El acompañado deberá sentirse libre, escuchado y comprendido para aceptarse, confrontarse y superarse. No se trata de una técnica sino de una actitud y una experiencia que vive del diálogo y del apoyo mutuo.

Sin embargo, el proceso de acompañamiento no es tan fácil, la situación exige estar atento a la voz interna, que la perciben como la voz de Dios y a la voz del otro. No es fácil del todo sintonizar ya sea para el acompañante como para el acompañado.

Pueden intervenir muchos factores internos y externos, entre los externos o físicos está el cansancio corporal, el clima, distracciones físicas y el ambiente. Principalmente los adolescentes tienden a tener muchas distracciones a la mano que no les facilitan ya sea relacionarse con otras personas, o escucharse ellos mismos.

A partir de un Acompañamiento tratamos de crear a reflejo de Pierre Faure (1976 p. 27)

…un clima creador, libre, no coercitivo, situar al alumno (a) la posibilidad de desarrollar esta aptitud creadora cuyo alcance no queda reducido a la capacidad para inventar, sino que su enfoque evoca algo más profundo, que toca la raíz del ser humano: la autonomía.

Este modelo de relación del Acompañamiento subraya la no directividad por parte del acompañante. Éste debe tratar de ser imparcial en relación con el otro, desde una postura en base a la cual el acompañante se abstiene de orientar al otro en una determinada dirección evitando llevar a la persona a pensar, sentir y actuar según un esquema determinado.

Por lo tanto, no cabe duda que el acompañamiento se da desde la interacción y el consentimiento mutuo de dos personas: se ejecuta de una forma estructurada y desde un esfuerzo cooperativo con el fin de que se produzca un cambio que bien puede ser en ambos interlocutores. Uno ayuda a otro y ambos salen beneficiados. Ya lo decía Carl Jung (1875, mencionado por Alzugaray p. 11) “El encuentro entre dos personas es como el contacto entre dos sustancias químicas: si se produce una reacción, las dos se transforman”.

Cuando estos encuentros se dan entre seres humanos abiertos que se permiten y permiten el fluir y la espontaneidad entonces se produce algo maravilloso. Se produce la sinergia, el enriquecimiento mutuo, se multiplican las posibilidades de cada uno de los interlocutores. En estas condiciones, el intercambio se vuelve fecundo. La palabra es el medio, el puente que permite conectarnos mutuamente.

Es un hablar entusiasmado, es cómo estar encantados, es vibrar, resonar con otros, es recoger las expresiones vertidas y responder inspirados con palabras profundas lo que permite que surja la luz, el ritmo, el verso, la idea, la ocurrencia, el chiste, la revelación, el darse cuenta o establecer una visión, el invento, la innovación, la poesía o el canto. Es el encuentro con otros a través del diálogo fecundo lo que facilita al hombre la creación de sentido.

Y, así pues, salirnos de la visión bancaria que considera a los educandos como meros objetos a ser “llenados” de conocimientos. Los estudiantes, principalmente los jóvenes adecuadamente formados son nuestra única esperanza de acercarnos a una sociedad más justa. Es necesario perfilar la educación del futuro a preparar al alumno para el cambio, no para la estabilidad. Y para afrontar el cambio, con posibilidades de éxito, debemos conocer y aplicar la creatividad y la innovación

Bibliografía

· Jiménez-Torres, M. G., & Cruz Quintana, F. (2011). Experiencias de flujo y rendimiento escolar en adolescentes. Revista Intercontinental De Psicología Y Educación, 13(2), 97-118.

· Ramírez y equipo (2004) Hacia la comprensión del acompañamiento. Editorial. Centro de reflexión y planificación educativa

· Robert J. Sternberg y Todd I. Lumbart (1997). La creatividad en una cultura conformista. Un desafío de las masas. Editorial Paidos transiciones. Barcelona.

· Sousa, David A. (2014). Neurociencia educativa, mente cerebro y educación. editorial Narcea. 1-78

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