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“Impacto en la cultura por la globalización, añoranza a un socialismo cultural”

  • Foto del escritor: juanpablovillarruel
    juanpablovillarruel
  • 19 jul 2018
  • 6 Min. de lectura

“Impacto en la cultura por la globalización”

El presente ensayo tiene como finalidad exponer y analizar el impacto que la globalización ha tenido en los jóvenes de México en su cultura, la economía y lo social. Un fenómeno que influye en diferentes aspectos y ámbitos de la vida nacional, como requisito de la materia Historia del arte desde la representación. Entretejiendo el discurso al mismo tiempo con el tema de mi tesis, el cual se trata del fomento a la creatividad plástica implementando tutorías en un adolescente en un colegio de nivel socio-económico alto.


La realidad actual de la generación “y” o generación 3.0, se enfrentan a un mundo lleno de contrastes. Nada extraño respecto a jóvenes de otras épocas. El mayor reto que se enfrentan tiene que ver con las repercusiones de un capitalismo liberal provocado por la globalización, agresivo, despiadado sin sensibilidad a cuidar sus riquezas culturales, ambientales y sociales. Al mismo tiempo el desarrollo de tecnologías digitales, facilitando la comunicación, pero distanciándonos a la par.

Así mismo, es pertinente mencionar la definición de globalización la cual la encontramos como: Tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales (Real Academia Española, 2014,).

Esta dinámica actual de la realidad, donde nos ha llevado a tener el interés económico como la mayor preocupación de cualquier persona, nos esclarece esta etapa que vive el hombre que produce objetos con el único fin de venderlo, el concepto acuñado por Karls Marx, como un ser alienado que no llega a comprender su situación social, suprimiendo su personalidad, convirtiéndose en un engrane más de la gran maquinaria aceitosa y ruidosa que es el capitalismo, ilustrada por una figura llamada aldea global, globalización.

Cabe aclarar que cuando Marx desarrollo este concepto, se refería al hombre en una línea de producción, el cual solo observaba un fragmento del producto realizado por la fábrica, este hecho de no ser consciente del producto final y simplemente hacerlo por la quincena que limosneaba al patrón en turno lo alineaba.

Algo semejante ocurre, en nuestro arte y nuestras instituciones educativas es decir toda nuestra cultura: “la pintura (el arte en general) ha perdido anclaje social y hoy constituye un aparato institucional que depende del comercio del arte en manos del capital financiero” (Juan Acha, 2006) Los jóvenes de hoy reciben una educación artística sin identidad definida para satisfacer necesidades de profesionistas del sistema económico.

En consecuencia, el arte como termostato de medición de la actualidad de cada época (como observamos en las exposiciones de líneas de tiempo) pasa actualmente una coyuntura cultural, la lucha entre mantener costumbres y el riesgo de perder identidades desarrolladas por años a causa de la globalización mal entendida. Aunque no podemos negarnos a ver que el producto arte se ha integrado de manera excelente a la dinámica de los mercados.

Considerando que, la cultura es el conjunto de formas y expresiones que caracterizan a una sociedad determinada. A consecuencia de la globalización, se ha producido la aparición de una cultura global, que en buena parte es una mundialización de aspectos básicos de la cultura norteamericana actual (no reconocida por ser de excelente calidad). La industria del arte es de las más fuerte en producción de miles de millones de dólares.

La cultura de hoy se ha convertido en espectáculo y entretenimiento, con un motor de motivación llamado dinero. Al igual que ha impactado la globalización en el ser humano, repercute en su cultura en sus expresiones artísticas. No profundizando en sus diferentes temas tocados en las diferentes disciplinas, haciendo una época de arte vacío, arte sobrevaluado por los coleccionistas por interés económicos.

El autor Juan Acha y Néstor García Canclini en sus respectivas obras, nos proporcionan un horizonte de las artes ya incrustado en la realidad capitalista del consumo. “El dilema decisivo hoy en las culturas latinoamericanas no es definir las identidades o globalizamos, sino integrar sólo capitales y dispositivos de seguridad o construir la unidad solidaria de ciudadanos y sociedades que reconocen sus diferencias” (Canclini, 1996). De la misma manera Juan Acha hace la observación a los creativos latinoamericanos a sumergirse en las dinámicas económicas que vivimos actualmente.

Esta lucha interna de Latinoamérica de tratar de desarrollarse participando de la globalización y cuidando sus tradiciones la está llevando a una esquizofrenia. Se están generando contraculturas, en los grupos excluidos o marginados del proceso, que probablemente chocarán, en una peligrosa y conflictiva convivencia, en el mismo tiempo y espacio, de grupos con divergentes valores y sentidos de la vida.

Al mismo tiempo “Los medios masivos no son portadores de una buena educación estética ni artística… son pocas las personas que saben dialogar con las obras y la vivencia estética… de aquí la vedettización de los artistas” (Acha, 2006). siendo conquistados nuevamente por un nuevo imperio (norteamericano) entramos en la dinámica del mercado, de producir productos con el único fin de vender. Bajos de calidad artística, perdiendo valiosas tradiciones de contenido en nuestras expresiones de arte en la antigüedad.

La cultura mesoamericana en las líneas de tiempo las expresiones de arte eran bienes espirituales. Podría arriesgarme a decir que hasta antes del siglo XIX. El arte era un refugio del hombre, un lugar sagrado, en la actualidad sería si permiten mi romanticismo, ese espacio aun no manchado por la avaricia del hombre, es decir por el capitalismo del mercado. Es verdad que el artista necesita comer, y necesidades que cubrir, como cualquier persona. Pero en nuestro tiempo vemos con la única prioridad de producir dinero se hacen cosas inverosímiles, un ejemplo es la nueva colección que sacara el diseñador de modas Louis Vuitton en colaboración con el artista contemporáneo Jeff Koons.



Sin embargo, mí proyecto se perfila a un enfoque respeto a lo anterior escrito un tanto útopico, citando a Freire, (1968) “lucho por una educación que nos enseñe a pensar y no por una educación que nos enseñe a obedecer”. Mi proyecto tiene un carácter formativo constituido por varias etapas de realización, una de ellas es a partir de la dialéctica con el adolescente de la generación “Y”, ayudarle a discernir de la alienación que se vive hoy por el consumismo exacerbado, de la homogenización de una identidad global, construido por las potencias comérciales, al mismo tiempo invitar al joven en construcción a ser creativo para enfrentar esta realidad, enfrentándola y reconstruyéndola.

Considerando que “La creatividad es la mayor rebelión de la existencia. Solo puedes ser creativo si eres un individuo, no puedes crear si formas parte de la psicología de masas” (Osho, 2001) pretendo fomentar la mayor riqueza que puede tener un hombre, la creatividad manifestación de la libertad de pensamiento. Pese a que mi discurso es limitado en la propuesta de organizar una sociedad distinta a la consumista que vivimos ahora. Pondré semillas dentro de los corazones de mis tutoriados, esa fragancia de la libertad individual que solo podemos encontrarla en las expresiones artísticas.


Conclusión

La reacción de nuestros jóvenes artistas de empoderarse de la cultura de la globalización según Abinzano, (1998) podría:

“pasar de lado por el México multicultural, sin modificar su actual estado de marginación económica y social” (primera hipótesis), o repercutir en las comunidades étnicas de dos maneras opuestas (segunda hipótesis). La primera prevé la desintegración y/o disolución de las diferentes culturas, ya sea mediante el despojo de sus territorios o por la creciente migración urbana. La segunda pronostica la reintegración al proceso de modernización “a partir de la incorporación creativa de la innovación y de un cambio selectivo, económico y cultural, desde la lógica de su propia identidad”.

Estas resoluciones del problema, los artistas de la generación “Y” están enfrentándola inconscientemente. Sin tener la seguridad cual es la respuesta más conveniente. Es innegable que los artistas al estar en una sociedad, es necesario que aprendan las reglas del actual juego (el capitalismo), sin embargo, la red de símbolos ya legitimizados por el poder en turno, no deben ser sujetos para su idolatría automáticamente.

En consecuencia, a tener una vocación artística, estos jóvenes deben por una responsabilidad moral, enfrentarse a los lineamientos marcados por el poder económicos. No ser simples espectadores convirtiéndolos en una línea de producción de una fábrica autómata sin corazón, sin humanidad.

Para terminar, es un área de oportunidad grandísima la que tenemos los docentes de mostrar un modelo positivo para lograr una humanidad más rica culturalmente, no coaccionados por intereses comerciales mezquinos. Sino perfilándonos a esa utopía de una aldea global pero plural en culturas, añorando un socialismo cultural, donde los únicos que decidirán la dirección y función de sus productos artísticos sean los mismos productores.


Bibliografía

· Acha, juan, 2006, Las actividades básicas de las artes plásticas, México, D.F. ediciones Coyoacán.

· Canclini, Nestor, 1999, Industrias Culturales y Globalización: Procesos de Desarrollo e Integración en América Latina. Foro de la UNESCO. Paris.

· Landa, Karim, 2015, La globalización y su impacto cultural. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/la-globalizacion-y-su-impacto-cultural-ensayo/

· Osho, 2001, Creatividad, Barcelona, España. Editorial debate.

· Real Academia Española, 2014, Diccionario de la lengua española, 23.a ed. Madrid, España: Autor.

· Paulo Freire, 1970, La pedagogía del oprimido. Edit. Tierra Nueva

 
 
 

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